La Organización Mundial del Comercio parecería tener poco que ver con el filet de Merluza, y sin embargo el futuro de esta especie, así como del resto del ecosistema del Mar argentino, se definirá en la ronda ministerial que se hace en Buenos Aires. Y esto es porque por primera puede haber un acuerdo en el foro que castigue los subsidios a la pesca. Hay cuatro gobiernos que financian directamente las actividades de la pesca a gran escala: China, Taiwán, Corea del Sur y España. Y sus barcos vienen a arrasar aquí, a la milla 201. Y cuando Prefectura no mira, adentro de nuestra zona económica exclusiva también. Vienen por calamares, el alimento de la merluza, los cachalotes, pingüinos y delfines. Sin ayuda estatal, sin embargo, su actividad se cae. Entonces, nuestras especies, que no saben de fronteras, tendrán una oportunidad para recuperarse. Y las pesquerías artesanales, que son las que generan trabajo genuino, también. “Hoy los océanos tienen el doble de la actividad pesquera de lo que pueden soportar “, dice el experto Mariano Milko. La ecología y la política van de la mano.
Pelearse con el vecino
Un sobrevuelo de la Prefectura, que detectó casi 200 barcos al borde de la plataforma continental. Foto: Daniel Feldman.
Cualquier ciudadano que quiera monitorear lo que hacen los pesqueros piratas con nuestros recursos biológicos puede entrar a la plataforma online de Global Fishing Watch, que financia el actor Leonardo DiCaprio. Y ahí comprobará que mucha de su carga se desembarca en el puerto de Montevideo, según denuncia Milko. Es una cuestión sobre la cual la Cancillería se debería poner las pilas, aunque pueda parecer incómodo pelearse con el vecino.